La empatía se define, según la Real Academia de la lengua
Española, como el sentimiento de identificación con algo o alguien. Si
analizamos cuidadosamente su definición, podemos observar uno de los primeros
problemas a los que se enfrenta la empatía: no debería ser un sentimiento sino
una actitud.
Trabajamos en clase la empatía mediante la conversación y
escucha activa. Realizando grupos de dos, cada alumno tendrá un tiempo
determinado para hablar de cualquier tema, personal o de clase, mientras que su
compañero solo tiene que escucharlo; sin añadir comentarios o responder.
Una de las principales barreras a la correcta ejecución de la
empatía es escuchar sin estar pensando en qué responder, escuchar por el placer
de escuchar. Este ejercicio fomenta los lazos entre los interlocutores y
permite situarse en una postura de “mente abierta” a cualquier dato que nos es
comunicado por la otra persona.

